Xefo Guasch
Una tarde del mes de junio de 1976, un muchacho desaliñado desfila por La Rambla en compañía de una corte de melenudos. Al protagonista de la historia, que lleva una careta blanca, Xefo Guasch le ha colgado un porexpan que anuncia el pase de unos cortometrajes en el recién estrenado club Magic, del Borne. Film Político, Historia de amor que termina en boda, La caída de Sodoma, Sexo va sexo viene y El sueño son los títulos. El hombre anuncio no es otro que Pedro Almodóvar. “Entré en contacto con Pedro a través del videoartista Antoní Muntadas, que lo había conocido en la Galería Bandrés de Madrid. Antoní vivía en la calle Comercio junto a la comuna del Rrollo enmascarado. La comuna hacía poco tiempo que había sido clausurada ante el temor de una redada policial por vender La piraña divina de Nazario en el primer Canet Rock. Pedro, tras esta primera visita, vino varias veces a Barcelona a pasar sus cortos y a absorber la explosión de libre creatividad que hervía en la ciudad. Se instalaba en el palacio en ruinas donde yo vivía con dos arquitectos ecologistas en la calle Blanqueria, que fue la sede del colectivo Video Nou. Video Nou lo fundé en 1977 junto a Luisa Ortinez, Lluïsa Roca, Silvie Posenot, Giomar Eguillor, Albert Estival, Carles Atmetller y Marga Latorre”.
Las diferentes comunas que funcionaban por la ciudad en aquel tiempo en que los políticos no pintaban ni un cacho se convirtieron en talleres creativos. Las revistas Ajoblanco y Star lanzaban a los cuatro vientos propuestas de nueva cultura. La obsesión por hacer cine en súper 8, que se orquestó en la sección Cineprajna en 1974, derivó en Acción Súper 8, un colectivo que montó el estudiante Enrique López Manzano, y en el interés por el vídeo, invento que el artista Antoni Muntadas se trajo de los Estados Unidos.
Xefo Guash, fotógrafo y estudiante de arquitectura que pretendía hacer vídeo social, acudió junto a su grupo a unas jornadas que organizó en la Fundació Miró Eugeni Bonet y una venezolana muy combativa, Margarita D´Amico. Allí nació Video Nou, cooperativa de vídeo independiente y uno de los colectivos libertarios más activos de la Barcelona de los setenta. “Una de las cosas que rodamos fue la exposición de Mariscal, Gran Hotel, en la galería Mec Mec a finales de 1977, donde se casó Ana Briongos. Mec Mec fue un espacio alternativo que nació como contestación a la galería Maeght, que en los inicios llevó el periodista José María Martí Font. El vídeo se llamó Vida en Común. También en la Mec Mec, Ocaña montó un espacio andaluz donde expuso sus cuadros mientras ofrecía gazpacho y Miquel Barceló con el grupo Neó de Suru de Mallorca presentó aquellas cajitas cerradas que contenían carne de res que se podría y olía a muerto”.
Xefo es un espíritu libre con mucha marcha, juguetón y algo frívolo, que inspira simpatía a cuantos lo tratan desde que instaló sus cuarteles en el bar Taita a principios de los setenta. Más tarde, montó un estudio –muy conocido en la época- con Carlos Mir, un apasionado del mundo del cine, y José María Martí Font, crítico de música y feroz devorador de cómics, en Vía Laietana, junto al Palau cuando Gay montaba allí sus primeros conciertos. “Creo que fue en 1974, tras un viaje a la India en coche, cuando fundamos aquel estudio. Yo hacía fotografías que publicaba en el diario Tele/eXprés y en la revista musical Vibraciones. Luego, en Interviu y en la revista Lib. Compaginaba mis pinitos artísticos con mis estudios de arquitectura. Me pasé siete años para estudiar media carrera. ¡Claro, con tanta marcha, tantos proyectos realizados y tanto porro! Al final de los setenta, ante un inminente cambio del plan de estudios, me saqué veintidós asignaturas en un año y la terminé. Fue el año en que con Quique Anzizu y más gente montamos La ceca, en el Borne. Al principio tenía que ser un envelat. Dani Freixa se cabreó y yo acabé siendo el arquitecto y metiendo las quinientas mil pesetas que Banca Catalana daba a los recién licenciados para montar despacho. Fue un local divertido que duró poco porque había peleas en la calle y el Ayuntamiento lo cerró”.
Hoy se siente fastidiado. En uno de los restaurantes que se ha inventado en estos tiempos posmodernos, el Rita Blue de la plaza San Agustín, unos moritos que pululan por la Plaza, durante la pasada madrugada, le han roto las lunas de los escaparates. “Han remodelado la Plaza y en las escaleras siempre han dormido indigentes. Ahora, en la iglesia, quieren montar con un dinero que ha donado Juan Gaspar, el del Barça, un hogar para indigentes en unos locales que tiene el párroco. En principio, debía de tener quinientas camas y dos turnos. Imagínate mil indigentes cada día durmiendo allí. Los vecinos han protestado, y ahora dicen que sólo habrán ciento sesenta camas. En este momento, el problema son los moros de veinticinco años, que se esconden en la escultura del centro y atracan a los turistas del hotel. Como se aburren, se pelean entre ellos para ver quien es el más macho. Espero que lo de las lunas no se repita”.
Xefo ha inventado muchos espacios en los que pasan y han pasado cosas. “En los ochenta, se nos ocurrió montar Turmix con Quique Anzizu y Anchon. Cada jueves, organizábamos una fiesta en una discoteca diferente. Enviábamos unas postales a gente enrollada y nos divertíamos. Así es como fuimos a parar a Bikini. Nos gustó tanto el lugar y salió tan bien la fiesta que llegamos a un acuerdo con quien tenía arrendado el local y nos quedamos. Cuando llegó la construcción de la Illa, iniciamos una larga negociación y aquel Bikini se acabó. En el nuevo Biquini, yo no he tenida nada que ver”.
En 1992, el artista Miralda casó a la estatua de Colón con la de la Libertad en Las Vegas. Xefo acude con Teresa Reyes y se casan aprovechando el evento. Ahora, comparten un hijo y son socios en cuatro restaurantes.
Nunca olvidaré aquellas dilatadas tardes que pasé con Xefo en el palacio hippie de la calle Blanquería, cuando el colectivo Video Nou rodaba los eventos más transgresores que ocurrieron en la Barcelona más creativa que he conocido. “Aquellos videos los depositamos en la Universidad Pompeu Fabra porque no se podían ver con la tecnología actual. Habíamos comprado aquellos aparatos primerizos en la Documenta de Kasel. El sistema CV fue el primer magnetoscopio de media pulgada que existió, hoy para verlos se necesitan unos aparatos muy caros. Creo que el MACBA tiene uno. Me gustaría recuperar el material.” Las jornadas libertarias del 77, la huelga de gasolineras de CNT, las primeras exposiciones de los conceptuales en la Galería G y otros importantes eventos descansan en algún lugar. ¿Los llegaremos a ver algún día?